A la hora donde el aire
olvidaba sus relojes
y movían las olas pardas
por mi espalda sus salobres
fue mi historia hacia tus manos
fue tu oído a mis palabras
A la hora que la esquina
inclinaba al horizonte
los pétalos azulados
en un ritmo a no sé donde...
BUENOS AIRES
ResponderBorrarYo dejé en Belgrano
la borra del café
esa ilusoria
manera de quedarme
La tarde descendía
gris e impertinente
sobre el abril sin memoria
para soltarme así
en medio de la calle
con todos mis huesos
y mis pulmones quedos
Buenos Aires, Buenos Aires
dónde quedó Buenos Aires
con aquella luz sin color
en que sólo se movía el viento
y mi apurado corazón
Aunque volvieras ya más
has de ser la misma hoy.