Marina Carriba Rossello - ARTILUGIO -

miércoles, 3 de junio de 2015

Le debo mi tristeza


-LE DEBO MI TRISTEZA-

A la niña de cabello castaño
que observó a los otoños
de rojas nervaduras
por los viejos caminos de sus pasos
A su dormir en despertares nuevos
madurando inconciente
en celestes y luna
divagando entre lápices y juegos
A la niña que nunca tuvo trenzas
que fue y que se ha quedado
en su viejo escritorio, de caoba
le debo mi tristeza
Para ella como un vasto rosario
de amapola y junquillo
de ciprés en hileras
de abuela y de gatos
va mi poemario
A esa niña perfumada en naranjas
sin prisa de estatura
plantada entre silencios
de ternura
le debo mi nostalgia.